Con su paisaje característico de las sierras, Lavalleja es un destino ideal para hacer turismo al aire libre y disfrutar de las postales que ofrece su naturaleza.
Esta zona del país cuenta con una amplia oferta de experiencias que se pueden conocer en un paseo por el día. En esta nota les compartimos nuestros 3 seleccionados.
Cerro Arequita
El nombre Arequita quiere decir en guaraní “agua de las altas piedras de la cueva”. Este cerro está ubicado en el Camino Santa Lucia, a unos 12 km hacia el norte de la ciudad de Minas y enfrente del Cerro de los Cuervos. Algo curioso es que tiene origen volcánico y más de 300 años. Además, su forma llama mucho la atención de los visitantes porque desde lejos parece “custodiar” la ciudad.
A los pies del cerro hay un bosque de Ombúes que es el segundo más grande de nuestro país. Este bosque tiene 950 hectáreas y cuenta con 700 ejemplares que crecieron entre las piedras. Es un fenómeno poco frecuente, por lo general el Ombú es una especie que crece en solitario.
El Cerro Arequita tiene grutas y túneles naturales que se extienden por kilómetros y cuentan la historia de su pasado. Por ejemplo, las grutas se formaron cuando el cerro tenía actividad volcánica y dejan rastro de esa etapa de su existencia.
Una de las grutas que se puede visitar es la “Gruta de Colón”. Al acceder se puede apreciar una oscuridad total y se encuentra una cámara habitada por centenares de murciélagos y vampiros. Se cree que este lugar fue utilizado por los indígenas para la celebración de rituales espirituales.
Para entrar en la gruta se debe pagar una tasa de ingreso que incluye un recorrido guiado. El predio es privado y la familia que lo conserva se ha dedicado a cuidar el ecosistema. Actualmente, los accesos están restringidos de acuerdo al aforo permitido para cumplir con las medidas de seguridad.
Estación del Penitente
Ubicada en las Sierras de Minas, la Estación del Penitente es una construcción ecológica autosustentable que integra vagones de trenes del año 1950 en estilo vintage. Es una obra realizada por los mismos dueños con materiales comprados en remates: techo verde, saneamiento ecológico, sistema de recolección de agua y generador de energía eléctrica por medio de paneles solares.
Al ingresar al parador, los propios dueños del establecimiento (Gonzalo Domínguez y Sara González) reciben a los visitantes con un almuerzo totalmente casero y les comparten la historia del lugar. Si la idea es adentrarse en la esencia de las sierras, La Estación del Penitente es una de las paradas obligatorias.
El Valle del Hilo de la Vida
El Valle del Hilo de la Vida es un sitio arqueológico que se encuentra a solo 8 km de la ciudad de Minas y que tiene 80 pirámides de piedras de origen indígena. Se estima que las construcciones siguen la línea del sol, marcando los puntos cardinales, y que fueron utilizadas para realizar ceremonias o rituales.
Es un lugar perfecto para los amantes del trekking y las caminatas, ya que se permite pasear a pie en toda la zona. En el recorrido, no solo se pueden encontrar las piedras indígenas, sino que también se puede apreciar el paisaje de la Mina Valencia, el Templo Budista, el Cerro del Verdún, el Cerro Arequita y el campanero. Además, desde allí se puede escuchar el sonido del agua que recorre el valle en forma de cascada desde un manantial subterráneo, lo que le da la musicalidad perfecta a toda la atmósfera.
Fuente de información: Wild Punta del Este
Fuente de fotografía: Lumia Figueredo y Carina Fossati